A partir de su historia, planteó la importancia de adoptar chicos y darles una identidad: “El amor nos salva”
Natalia Florido lanzó “Crónica de una Adopción”, un libro en el que recopiló relatos de familias que reflejan cómo fue el proceso y dan un mensaje esperanzador a quienes iniciaron los trámites.
TN-Sociedad Agustina Sturla
“El Estado debe garantizarle una infancia a estos niños y adolescentes», plantea la autora Natalia Florido
Recurrentemente escuchamos que adoptar un hijo en la Argentina es algo imposible. Que el proceso es difícil, que hay que atravesar un largo camino burocrático y, en ocasiones, se dice que no hay oportunidad para personas solas o del colectivo LGBT, tal como señaló hace días atrás el actor José María Muscari en una entrevista televisiva.
Si bien la adopción cambió y actualmente hay más facilidades a la hora de iniciar los trámites, todavía no es lo ágil que debería ser. Y, aunque muchos nenes y adolescentes tuvieron la posibilidad de tener una familia y crecer rodeados de cariño, sigue habiendo tantos otros que esperan años soñando con ser hijos.
A partir de su historia personal, Natalia Florido decidió involucrarse en el tema y en su libro “Crónica de una adopción” le dio voz a decena de casos que, como a ella, pudieron construir su identidad desde el amor.
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“Son historias que valen la pena que sean escuchadas. Las hay complejas y maravillosas. No se suele hablar mucho de esto en nuestro país y merece tener visibilidad. La gente empieza a entender cuando las lee”, expresó la escritora en diálogo con TN.
En casi 200 páginas, la presidenta de la Red Argentina por la Adopción recopiló varias historias de familias que cuentan cómo fue para ellos todo el proceso. Con relatos en primera persona y a corazón abierto, cada apartado te lleva por una montaña rusa de emociones que permiten conectar con sus diferentes etapas: dolor, bronca, paciencia, miedo, incertidumbre y amor, sobre todo amor.
En ese sentido, Florido señaló: “Yo vi cómo les cambia la vida ser hijos. Vienen con cosas muy fuertes, muchos han tenido batallas y les han estrujado el alma. Pero no somos eso que nos pasó, somos lo que hacemos con eso que nos pasó”.
Natalia Florido y su libro «Crónica de una adopción». (Foto: Gentileza Red Argentina por la Adopción)
Asimismo, planteó: “El Estado debe garantizarle una infancia a estos niños y adolescentes, que se recuperen y se reinserten en la sociedad. Los adultos tenemos la posibilidad de sanar de muchas maneras, pero los chicos no. La única terapia que los puede salvar es el amor, la confianza, formar parte de una familia”.
Uno de los mayores reclamos es que haya un registro oficial que informe la cantidad oficial de niños que buscan una familia. “Al no haber números, no tenemos una realidad y sobre eso no podemos trabajar. Sin cifras no podemos evolucionar”.
Crónicas de una adopción: “El amor nos salva”
Natalia sabe que es adoptada desde que tiene uso de razón y encontrar a Vanesa, su hermana, despertó en ella la necesidad de plasmar en papel la importancia de construir identidad. Comenzó ese camino en “Alumbrando en la Oscuridad”, libro que fue destacado por el Papa Francisco, y continúa ahora en “Crónica de una Adopción”.
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La selección de las historias empezó antes de la pandemia, pero se frenó con la cuarentena y el proceso se volvió más difícil, con entrevistas por Zoom y WhatsApp: “A algunos les costó muchísimo, a otros no tanto. No importa cómo iban a traducir lo que vivieron, pero quería saber qué tenían para decir y escuchando las voces de los hijos entiendo el dolor que les produce estar institucionalizados tanto tiempo”.
Natalia junto a Marcos y Rodrigo, protagonistas de uno de las historias que incluye el libro.
Entre los relatos, se encuentran adopciones monoparental y de parejas del mismo sexo que decidieron adoptar: “Es maravilloso porque en cada una hay algo que me identifica. No somos de otro pozo por contar nuestras historias. Los chicos sufren en el mientras tanto, los adultos también porque transitan con miedos, dolores y preguntas que nadie puede responder. Sin embargo, el amor nos salva”.
El objetivo es informar, reflejar la situación en el país y dar un mensaje esperanzador a quienes están transitando el proceso o para aquellos que piensan iniciarlo. “Que se animen. Que no se pregunten por qué, sino para qué quieren adoptar. Qué tienen para darle a esta persona”, manifestó Florido.
“La receta del amor es que lo ponen al servicio de los chicos. En el medio hay miedo, dudas, espera, la preparación porque no hay libros que te digan cómo ser padres y un laberíntico camino administrativo. Estas historias es para quienes están en proceso y ven la adopción de formar familia, no como una última instancia”, enfatizó.
La escritora con las hermanas Bianchi Avancini, también parte del libro.
En esa línea, remarcó: “Es multiplicador el amor. No es caridad, es plantearse la maternidad y paternidad desde otro lugar. Concretar el deseo de ser familia. La adopción es ahijar para toda la vida, darle a alguien la posibilidad de ser hijo”.
Además, la escritora incluye un apartado especial en el que hace hincapié respecto a la identidad: “Es la contracara de la adopción. Hay 3 millones de argentinos que aún buscan conocer su genética, de dónde vienen. Es fundamental tocar la temática por la falta de información que hay”.
Tras pasar por la Feria del Libro, Florido participará de un acto porque fue destacado de interés por la Legislatura porteña.
Amor multiplicado: la historia de Natalia
Florido está a días de cumplir 40 y asegura que hoy lleva bien su historia. Para ella, a pesar de las diferentes etapas, la adopción es su vida entera.
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“Yo soy hija para toda la vida de Marta y Vicente. Ser hija de ellos me cambió la vida para siempre. Me criaron desde la verdad, desde la identidad de que no había estado en la panza de Marta. Me habían esperado durante mucho tiempo y me dieron la confianza de que nunca me iba a dejar de querer”, sostuvo. Desde pequeña, siempre lo tomó con naturalidad e incluso se alegraba por haber tenido dos mamás.
En familia: Natalia con sus papás Marta y Vicente, y su hermano Juan.
Luego de ser madre, decidió emprender la búsqueda de sus raíces. Indagando encontró una dirección y un número de teléfono: al llamar le comunicaron que Mercedes, quien la había llevado en su vientre, había fallecido hacía un año. Allí también descubrió que tenía una hermana.
“Cuando la conocí empecé a entender y ayudé a que Vanesa también entendiera a la mamá. En sus circunstancias, Mercedes fue madre como pudo. No todas las mujeres nacen para ser madres. Se juzga a aquellas mujeres que quedaron embarazadas y no están preparadas y deciden dejar el bebé en adopción”, destacó.
Natalia con Vanesa, su hermana biológica.
Natalia es una agradecida de la vida porque se crió en un entorno cálido de amor. Ser adoptada es su identidad, es por ello que lucha cada día desde la Red para apoyar, acompañar y mejorar las condiciones de la adopción en la Argentina.
“Realmente es hora de que pongamos en agenda política los derechos de los niños y los adolescentes. Es necesario que las cosas cambien, hay una deuda y es darle una familia a muchos niños que no tendrían que mendigar amor en hogares. Debemos aunar labor y mostrar una realidad clara de lo que tenemos que hacer y de lo que tenemos mejorar. Alumbrar a través de las historias de adopción”, cerró.